Todos los lunes de mayo tuvo lugar, durante una hora en cada cuarto año, el taller de expresión plástica .
Los talleres comenzaron y finalizaron en ronda. En la primera se recordaba el encuadre de trabajo y se marcaba una consigna ("disparadora"), al mismo tiempo que se presentaban algunos conocimientos plásticos. En la segunda ronda se realizaba el cierre del taller en la que se compartían las vivencias (sensaciones, recuerdos, etc) del mismo.
En los tres primeros talleres se trabajó con rincones. Cada uno conformaba un espacio con distintos materiales. Estaba la mesa de dibujo, la de barro, la de enduído, la de construcciones y la de pintura (también se utilizó el pizarrón como panel). Los niños podían rotar por estos rincones durante todo el taller de acuerdo a sus necesidades.
Los objetivos generales del taller eran acercar a los niños a las técnicas plásticas y fomentar su capacidad expresiva y creativa a través de ellas. A su vez, en cada taller se plantearon distintos objetivos específicos vinculados a la identificación y respeto de las diferentes percepciones que cada niño tenía a partir de una misma imagen, objetos, aromas y gustos. Además, de trabajar los colores (primarios y secundarios) y profundizar en las diferentes técnicas que cada rincón requería. Terminado el ciclo de plástica, se cumplieron con los objetivos planteados.
Los niños incorporaron el encuadre pautado de manera favorable. Trabajaron en forma distinta a la cotidiana, en la que pudieron elegir libremente qué crear, dónde, cuándo y durante qué tiempos participar en cada espacio. Si bien la dinámica en cada taller se repetía, ellos podían dejar trabajos pendientes para el próximo encuentro. En el transcurso de cada taller se observó una mayor dedicación y compromiso de cada niño con su trabajo. Durante la semana se pudieron observar algunos aspectos a resaltar, por ejemplo, los propios niños anularon el pasaje entre las mesas por donde se encontraban todos los trabajos realizados, para cuidar de los mismos.
El último taller se realizó con padres. Se hicieron construcciones de personajes con material reciclable. La experiencia fue altamente positiva, los padres trabajaron a la par de los niños integrándose totalmente en la actividad. La respuesta de los padres fue muy buena, en donde afirmaron querer participar más seguido de este tipo de actividades.